UN ABORDAJE DESDE LO NUTRICIONAL
Más allá de que actualmente se puede entender al autismo como un trastorno neurobiológico complejo que se traduce en grandes retos de índole psicosocial, es a través de diversos estudios que posibilitan señalar hoy día una estrecha relación entre la alimentación y la bioquímica cerebral que afecta de forma concreta a las personas dentro del espectro autista.
Con lo anterior podemos vislumbrar el importante papel que puede tener una correcta nutrición en torno a las personas dentro del espectro autista, quienes son proclives a padecer trastornos alimenticios ligados a características inherentes de la condición.
Antes de continuar es de suma importancia desmitificar que, en relación con el espectro autista, muchos padres comparten la creencia de que los problemas alimenticios y gastrointestinales ocasionan los trastornos basados en el cerebro del infante. Esta creencia contrasta con la postura científica, que considera falsa esta creencia debido a que no ha sido posible comprobarla de forma fehaciente, ya que decir que los problemas gastrointestinales causan los trastornos conductuales es tanto como afirmar que el autismo podría eliminarse en su totalidad aliviando estos problemas.
ALGO DE HISTORIA
Por los años ochenta, es el Dr. Rimland, padre de un joven con autismo quien hablaba de los nocivos efectos de una alimentación selectiva, orientada a los dulces, la comida chatarra y el exceso de lácteos y, en general, de una forma de alimentarse con rechazo a ciertos alimentos, y la preferencia muy marcada por otros.
En este mismo orden de ideas el Dr. Rimland focalizó su estudio especialmente en la producción de serotonina, lo que lo llevo a proponer un tratamiento orientado a regular el exceso de esta sustancia neurotransmisora, proponiendo un compuesto químico nombrado como Supernutera, que contenía vitamina B6, ácido fólico, calcio y magnesio. En algunos de los casos el consumo de este compuesto contribuyo a favorecer la atención, disminuyó la irritabilidad sensorial y emocional, siendo una suerte de facilitador de la terapia conductual.
PAUTANDO LAS BASES CIENTÍFICAS
Es a través del primer congreso sobre autismo (Autismo en México-Autismo en el Mundo), que se llevó a cabo en México en 1990, que el Dr. Rimland aportó la primera versión científica de su estudio del autismo. Entendiendo que la condición autista favorece la prevalencia de diversas comorbilidades, siendo entonces por definición desde el punto de vista médico el autismo una condición de vulnerabilidad.
En este sentido, de acuerdo con la Revista Chilena de Nutrición, dentro de sus más recientes publicaciones, alude al hecho de que se ha comprobado la coexistencia de diversas complicaciones asociadas al autismo, tales como: trastornos metabólicos, deficiencias nutricionales y condiciones asociadas a la microbiota y funcionalidad gastrointestinal, que podrían estar relacionadas con la etiología o comportamiento en este grupo en particular.
Fue a través de una revisión sistemática sobre el estado nutricional y las preferencias alimentarias en personas dentro del espectro que se estableció que, además de la obesidad, los pacientes con TEA tienen un riesgo de desnutrición debido a una ingesta inadecuada de energía en la dieta y mala absorción de nutrientes, además de la indigestión.
HABLANDO EN TERMINOS NUTRICIONALES
Nuevamente de acuerdo a la Revista Chilena de Nutrición, los estudios han explorado las diferencias entre el estado de los nutrientes en niños con y sin la condición autista y las posibles correlaciones con los síntomas de TEA, así como los efectos de la suplementación con vitaminas. A partir de eso, se ha demostrado que un número considerable infantes con la condición tienen ingestas inadecuadas de micronutrientes. En particular, se muestran deficiencias de minerales como calcio, hierro, zinc, potasio, cobre y vitaminas, tales como: vitamina A, vitamina D, vitamina E, riboflavina, vitamina C, vitamina B12, ácido fólico y colina.
Regresando a lo señalado más arriba por el Dr. Rimland en su momento, acerca de la selectividad alimentaria de las personas dentro del espectro autista, vemos que esto influye profundamente en la composición de su microbiota intestinal, confirmando además anomalías en la misma.
IMPORTANCIA DEL ENFOQUE MULTIDIMENSIONAL
Para finalizar podemos decir de acuerdo a estos artículos científicos, que las personas autistas pueden lograr resultados positivos a través de un enfoque multidimensional y sistémico. Utilizando como bases la historia clínica y biomarcadores, en una colaboración abierta, dinámica, multi e interdisciplinaria.
De acuerdo a lo anterior, el incluir profesionales como pediatras, neurólogos, psicólogos, terapeutas, nutricionistas, kinesiólogos, enfermeras y otros profesionales enfocados en el crecimiento y desarrollo es fundamental para abordar las condiciones tratables del TEA, posibilitando una mejora en menor o mayor medida de la capacidad funcional y calidad de vida de las personas dentro del espectro autista.
Por Jerry Manzano
Recursos bibliográficos:
https://www.clikisalud.net/temas-autismo/tratamientos-nutricionales-para-el-autismo/
https://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0717-75182022000700753&script=sci_arttext